Los intérpretes, que no
rebasaban los 20 años de edad, se lanzaron al estrellato con su álbum debut
“Please please me”, que ocupó el primer puesto en la lista británica durante 30
semanas. Vinieron 11 discos más, giras mundiales, películas, premios,
reconocimientos e inclusive en 1965 la reina Isabel II de Inglaterra los nombró
miembros del Orden del Imperio Británico.
¿Las
razones? Se dijo que fue la falta de motivación por mantener el grupo, los
problemas financieros de su disquera y el inicio de carreras en solitario de
los miembros de la agrupación. Yoko Ono, pareja de John Lennon, también fue
señalada, por años, como la "culpable" de la separación del cuarteto.
A
43 años de separación, en marzo pasado McCartney declaró a una revista
especializada en música rock que Yoko Ono hizo enojar al grupo. “Cuando ella
(Yoko) se presentó en el estudio y se sentó en medio de nosotros, haciendo
nada, aún admito que todos estábamos enojados”, declaró el cantante.
Sin
embargo, apenas en octubre del año pasado, McCartney aseguró que Yoko no tuvo
nada que ver en la separación de Beatles.
En
ese entonces declaró que "Ella ciertamente no rompió el grupo. No creo que
puedas culparla a ella de nada. Cuando apareció Yoko, parte de su atractivo fue
su parte más vanguardista, su visión de los cosas. Ella le enseñó una forma
diferente de ser, que le resultaba muy atractiva. Por eso, era el momento de
John para irse".
Por
su parte, Yoko señaló que fue Paul quien separó al grupo, “pues tanto John como
Ringo y George querían dejar el grupo, porque sentían que se estaban
convirtiendo en la banda de McCartney”, declaró en 1987 a la periodista Joe
Smith, quien en diciembre pasado reveló las declaraciones en un libro.
La
separación marcaría el inicio de la leyenda bleatlemaníaca para la posteridad,
así como el arranque de las exitosas carreras en solitario de John Lennon y
Paul McCartney que ya se vislumbraban desde que ambos componían, de manera
conjunta, las canciones para el grupo.

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